dimarts, 5 de maig del 2020

La Inocencia.

Redacción de una niña de siete años. 

31-10-1960.

 Hoy sor Cándida se ha enfadado mucho conmigo porque he perdido la aguja y no podía coser en la clase de labor y como me aburría me he puesto a escribir con letra de médico. Cuando he visto el hábito negro tocando mi pupitre me he asustado mucho. El vestido de las monjas se llama hábito y llega hasta los pies. Entonces sor Cándida ha cogido mi cuaderno y se ha puesto a leer, pero no podía leer nada porque no ponía nada, eran solo garabatos como escriben los médicos. Entonces me ha dicho, aunque esté en catalán, sé lo que has escrito, y me ha dado un bofetón muy fuerte y me duele la oreja de la izquierda y tengo un poco de sangre en el cuello porque se me ha clavado el palito del pendiente y se me ha deshecho un poco la trenza. Yo no sé escribir en catalán. A lo mejor los garabatos de los médicos son en catalán. Tampoco sé que he escrito, pero la sor sí.

 No me gusta sor Cándida porque tiene la nariz como la bruja del cuento de Blanca Nieves y también tiene pelos en el bigote como el papa y lleva unas gafas muy feas con cristales gordos y tiene los ojos muy pequeñitos, pero sabe leer en catalán. Además siempre se mete el dedo en la nariz, después hace una bolita con los dedos. La mama dice que no se deben meter los dedos en la nariz porque es de marranos, que tengo que limpiármela con un pañuelo, pero es más fácil con el dedo como sor Cándida. Hoy es triste porque llueve y esta oscuro y yo también estoy triste. No se lo explicaré a la mama lo del bofetón porque se enfadará también, siempre dice que en casa mandan los padres y en el cole las monjas.

 La mama también está triste. Ayer, cuando era de noche, lloraba muy bajito, muy bajito.  Yo me desperté y estaba detrás de la puerta mirando y el papa la cogió del brazo y la echó de casa, pero la mama no se fue, se quedó en el umbral, entonces el papa la volvió a coger del brazo y la metió dentro de casa. 

La mama me llevó a mi cama sin reñirme, luego se acostaron el papa y la mama y la mama decía bajito: no, no, por favor, no… entonces oí un bofetón como el que me ha dado hoy sor Cándida y luego la mama lloraba bajito, bajito. Yo no he llorado porque ya soy grande, el día siete cumplí siete años y voy a hacer la primera comunión el año que viene el día del Corpus. No me gusta que se enfaden el papa y la mama. Le rezaré a Dios para que no se enfaden más porque las monjas dicen que si pedimos cosas a Dios se cumplen de verdad.

 La mama dice que pronto se van a ir los titos y los primos que duermen en la habitación que está al  lado de la que duermen el yayo y la yaya, entonces mis dos hermanas y yo dormiremos en la de los titos que se van, y la mama y el papa se quedaran más anchos y el papa hará un armario y sacaremos la maleta de la ropa de debajo de la cama y la podremos colgar en perchas.

 Mañana escribiré otra redacción.

 Adiós.

 Mari Luz García Cuenca

rosergomez©

 

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